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E
ntrevista
Sin embargo, en la actualidad el Real
Casino es un referente en la vida cul-
tural de la ciudad. ¿La realidad ha
superado sus expectativas?
Sabía
que el Casino podía aportar más a la
vida cultural de Murcia pero no espe-
raba que aportara tanto y de forma tan
constante. Nosotros no tenemos fondos
ni presupuesto para elaborar un pro-
grama cultural. Lo que buscamos es
que las cosas ocurran, facilitamos los
medios y dejamos que sea la iniciativa
privada la que los ponga en marcha.
Estamos abiertos a acoger todo tipo
de actividades. La realidad de hoy es
que en el centro de Murcia somos un
auténtico pulmón cultural: conferencias,
presentaciones de libros, conciertos
o exposiciones, se están sucediendo
constantemente. ¡A ver si las autorida-
des lo reconocen algún día! El Casino
creo que es merecedor de que lo hagan
de una forma expresa y publica.
También a nivel turístico es el monu-
mento civil más visitado y admirado
de Murcia. En Tripadvisor, las valora-
ciones son muy buenas y le han otor-
gado varios años el Certificado de
Excelencia. ¿Le ha sorprendido este
auge?
Esa es justamente la razón por
qué se produce la reanimación del Ca-
sino de esa forma. Antes ya era visitado,
junto con la Catedral, pero ahora es más
admirado y conocido. El mantener y au-
mentar ese atractivo turístico es una de
las razones por las que se impulsó su
reforma. Los visitantes se llevan una
impresión muy buena. Nadie se espera
lo que hay detrás de la fachada cuando
entra. Todos los socios lo han consegui-
do, porque es una esfuerzo conjunto.
Los socios también ceden parte de su
intimidad y de su patrimonio.
¿Ha conseguido hacer todo lo que
se ha propuesto?
Hay cosas que no.
La realidad me ha superado mucho
pero uno siempre sueña con tantas co-
sas... Creo que muchos de esos sue-
ños se han cumplido con creces pero
otros aún están por realizar. Pienso,
por ejemplo, en el gimnasio, que no ha
podido ser, pero lo hemos suplido ofer-
tando actividades en la Sala de Armas.
Recuerdo también una posibilidad que
surgió de hacer un Spa pero el coste
era prohibitivo. Hubiera sido algo muy
bueno.
¿Qué le queda por hacer? ¿Qué nue-
vos proyectos le gustaría acometer
en los próximo años?
Consolidar el
modelo actual. Eso es muy importante
porque las cosas han cambiado mucho
pero se puede volver atrás. Las cosas
se mantienen mientras se sigue una
dirección. En la parte funcional tene-
mos un modelo bastante completo.
Hemos profesionalizado la gestión. Du-
rante mucho tiempo fue la Junta quien
lo hacía. Hoy tenemos una equipo de
gerencia completo, una dirección de
comunicación, una revista propia que
llega a las 1.500 familias de los socios y
tienen la oportunidad de saber todo lo
que pasa aquí y a diario tienen la pági-
na web para estar informados de todo.
Todo el sistema de comunicación con
el socio ha mejorado. Tenemos pen-
diente la mejora de la visita turística.
Me gustaría musealizarla, dotarla de
más contenido, que el visitante pudie-
ra llevarse del Casino un recuerdo más
completo. La tienda también es uno de
los proyectos, para el visitante y para el
socio. Un merchandising tradicional y
productos que el socio demande. Y por
supuesto la mejora de algunas salas,
como la ampliación de la cafetería de
arriba para atender mejor a los socios,
porque también la demanda ha supera-
do las expectativas.
En estos 12 años los socios casi se
han triplicado y están muy involucra-
dos en la entidad.
Sin duda. Yo creo
que así lo ven el resto de entidades
de España. Me han preguntado en al-
gunas de las reuniones cuál es nues-
tro secreto. El secreto no es otro que
disponer de un casino más habitable
y atractivo pero también hacerlo muy
abierto. Las cosas suceden porque los
socios quieren. Los contenidos algunos
se deben a mí y a la Junta pero la ma-
yoría a las demandas constructivas de
los socios.
¿Cuál es su relación con ellos?
La
relación es buena. Yo noto una corrien-
te de simpatía y agradecimiento por el
esfuerzo que saben que hacemos. Ni
la Junta ni yo percibimos remuneración
o dieta alguna pero estamos muy invo-
lucrados y eso la mayoría lo sabe y lo
aprecia. Ese esfuerzo constante el so-
cio lo ha percibido y me lo hace notar.
Si los socios no me apreciaran, yo no
estaría aquí ni un segundo más.
No es fácil contentar a 1.500 socios.
No, claro. Habrá socios que tengan
sus quejas o que no estén contentos,
pero creo que es excepcional. Es más,
cuando se detecta algún descontento,
intento arreglarlo. En esta vida hay que
hacer amigos y no enemigos, al menos
es lo que intento. Yo siempre he estado
pendiente de que se sientan bien con-
migo. Además, el aprecio es mutuo.
El restaurante también es uno de los
logros.
Por supuesto. Requirió una in-
versión muy importante en un momento
de crisis y tengo que dar un aplauso
al que lo hizo, porque tuvo que dar un
salto muy grande, casi al vacío. En nin-
gún momento de la historia del Casino
hemos contado con un restaurante de
esta categoría. Es otro éxito de gestión
y buen hacer.
Ha recibido muchas felicitaciones
por su labor...
Me han hecho ilusión fe-
licitaciones de gente que ha encontrado
en el Casino un lugar para expresarse
en libertad. Hablo de ONGs o asociacio-
nes que han lanzado sus ideas aquí. Los
afectados de la talidomida, por ejemplo.
Eso me gratifica mucho más que otras
personalidades más relevantes.
También ha pasado malos ratos…
¿Cuál ha sido el momento más difí-
cil?
Yo soy bastante sentimental y los
momentos más difíciles han sido la
desaparición de amigos aquí, de la mis-
ma Junta. Gente que me ha apoyado y
que incluso eran amigos íntimos. Esos
momentos han sido muy duros. Y difícil
también ha sido cuando se ha puesto
en tela de juicio la honorabilidad, la mía
y de la propia entidad. Aquí nadie se
ha aprovechado de nada pero sí se ha
lanzado la sombra y eso me ha dolido
mucho.
La investigación del caso Umbra de-
bió ser un auténtico jarro de agua
fría después de tanto esfuerzo.
Yo
soy un hombre ligado a la ley, personal
“Al Casino lo siento
como un hijo y eso sólo
se puede decir después
de mucho tiempo”
“Si los socios no me
apreciaran, yo no estaría
aquí ni un segundo más”