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E
ntrevista
Han pasado 12 años desde que se
pusiera al frente del Real Casino de
Murcia. El presidente de hoy no debe
ser el mismo de entonces...
Soy 12
años más viejo y eso se nota. ¡Además
llevo barba! (risas). Estos años al fren-
te de la entidad me han hecho que me
encariñe más del Casino. Al principio
era algo que acepté con gusto, un reto,
una ilusión, pero hoy siento por el Ca-
sino el amor que un padre le tiene a un
hijo con quien comparte cada día, cada
momento. El vínculo se ha hecho más
estrecho, fuerte y emotivo. Al Casino lo
siento como un hijo y eso sólo se puede
decir después de mucho tiempo.
Tampoco la entidad actual es la que
se encontró. Decía entonces que
quería hacer un Casino más habita-
ble y atractivo para los socios...
Yo
creo que lo hemos conseguido. El Ca-
sino es hoy más habitable y confortable
que entonces. El entorno es más dul-
ce, acogedor y mucho más atractivo. El
montón de servicios que tiene, nunca
lo ha habido antes. Prueba de ello es
que la masa social no para de aumen-
tar. Ahora es una institución atractiva y
llena de contenidos.
Había una idea del Casino como lu-
gar elitista y apartado de la sociedad
y eso ha cambiado.
El Casino era un
lugar hermético y cerrado. No tenía ac-
tividad que llamara a la gente. Ahora es
un lugar más asequible al ciudadano
medio, mucho más abierto. Y además
hay muchos actos a los que se accede
sin ser socio y sin pagar. Al restaurante,
por ejemplo, y a todas las actividades
abiertas al público. Además abrimos de
forma gratuita varias veces al año.
¿Ha cambiado más en la última dé-
cada que en los 150 años anteriores?
Si dejamos a parte la etapa de culmina-
ción del edifico, allá por 1903, lo más
importante que ha ocurrido en el Real
Casino está ocurriendo ahora. No ha
habido tantísima actividad cultural y so-
cial como en estos años. Hemos vuel-
to al momento espléndido del Casino
como el que sucedió en el siglo XIX.
¿Cuáles son las iniciativas de las
que se siente más satisfecho?
La pri-
mera que puse en marcha me resultó
muy satisfactoria: mediante una mo-
dificación de los Estatutos se permitió
que las viudas de socios, que habían
perdido su condición de socio, la man-
tuvieran además con una cuota redu-
cida. Pero tal vez la iniciativa más im-
portante haya sido el rejuvenecimiento
experimentado por la masa social y por
los usuarios del RCM. Los jóvenes han
vuelto masivamente al Casino y, por
ello, hoy puedo afirmar que el Casino
está más joven que nunca. Sin duda, la
rehabilitación del edificio ha ayudado
mucho a que el rejuvenecimiento sea
una realidad. Aunque de gran belleza,
el edificio se caía a pedazos y era pre-
ciso rehabilitarlo en su integridad.
Sin la rehabilitación, ¿hubiera podi-
do realizar esos cambios en la insti-
tución?
Sin la rehabilitación el Casino
hoy no existiría. Se habría diluido como
un Alka-Seltzer. No hubiera sido atracti-
vo al nuevo socio ni hubiéramos podido
dar a la sociedad murciana el servicio
que estamos dando. Como muchos
otros casinos en España, se habría vis-
to abocado a la desaparición.
“Sin la rehabilitación el Casino
hoy no existiría. No hubiera
sido atractivo al nuevo socio
ni hubiéramos podido dar
el servicio a la sociedad
murciana que estamos dando”