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C
ultura
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ellas. Dejé de ser una “turista” para ser un
“visitante”, una invitada peculiar que se es-
forzaba en integrarse e imitar sus compor-
tamientos para causar buena impresión.
El viaje continuó y recorrimos en furgo-
neta muchos de los enclaves caracterís-
ticos de Senegal. Sus paisajes diáfanos,
inmensos, y sus ciudades, llenas de color
y ajetreo.
Entre los muchos aspectos
que me conmovieron de la forma
de ser de la gente, destacaría el
papel que le conceden a la fami-
lia, normalmente numerosa y con vínculos
muy estrechos entre todos sus miembros
(de hecho, en su lengua natal, el “pular”,
no existe la palabra “primo”, entre ellos se
llaman también “hermanos”). En sus casas
las puertas siempre están abiertas, comen
al aire libre y si cualquier familiar o conoci-
do pasa por allí a la hora del almuerzo les
instan para que se una y coma con ellos
de su mismo plato. Esta característica de
su cultura, sumada al profundo respeto que
muestran por los mayores, les aleja de esa
soledad tan común y devastadora en nues-
tra sociedad occidental.
Preciso es mencionar también algún as-
pecto negativo, como es la carencia gene-
ralizada de atención médico-sanitaria. En
Ndiawara hay una instalación que sirve de
ambulatorio y dispensario y un doctor que
no puede presumir de tener un gran cono-
cimiento en medicina. Una de las labores
que llevamos a cabo durante los días que
estuve allí fue la limpieza e higienización
de las instalaciones. Nos costaba asimilar
que allí se pudieran realizar labores médi-
cas. Quizá el principal problema, incluso
mayor que la falta de medios, es la falta de
educación en aspectos elementales como
es la relación básica y fundamental entre
higiene y salubridad. Esa será una de las
difíciles tareas que la organiza-
ción y los próximos voluntarios
tendrán que llevar a cabo. El pro-
yecto allí es reciente y queda mu-
cho por hacer.
Sin embargo, y pese a todo, vi pocas
caras tristes. Y aunque no tienen ni agua
corriente ni electricidad, me quedé con la
sensación de que nosotros necesitamos
mucho más de lo que tienen ellos, que
ellos de lo que nosotros poseemos.
“Me quedé con la sensación de que nosotros
necesitamos mucho más de lo que tienen
ellos, que ellos de lo que nosotros poseemos”