Página 18 - RCMAGAZINE12

Versión de HTML Básico

18
C
ultura
M
urcia, antes, celebraba más a sus
poetas. Eran otros tiempos. O había
menos poetas y se valoraban más.
Hace tiempo que no se erige monumento
a poeta alguno en Murcia. Mejor así, acaso.
Gustos poéticos hay muchos. Son otros tiem-
pos. En Floridablanca, tenemos la figura se-
dente de Jara Carrillo, alcantarillero polifacéti-
co que escribió poesía y novela, y fue también
político. A su incansable entusiasmo y eficacia
se debe que la ciudad tenga Universidad, con
lo que eso ha supuesto en todos los órdenes
para Murcia.
Su estatua se debe a la gubia de Don José
Planes. Y tiene dos cuerpos, bien distinguidos
por el corte a la altura de lo que tradicionalmen-
te se ha conocido siempre como busto. Las rodi-
llas, aparecen tapadas aparecen por la consabi-
da manta que abarataba el coste. Es un hombre
joven y serio, vestido a la antigua usanza.
Jara Carrillo fue poeta modernista, de ver-
so florido y rimado, cantor de una huerta algo
ideal, en un tiempo en que la presencia del
cinturón huertano de Murcia comenzaba a te-
ner visibilidad en la urbe, vía idealización. Otra
cosa sería el habla… pero eso es otra guerra.
Jara Carrillo fue poeta hímnico de fortuna.
Todos los murcianos de mi generación, y al-
guna que otra posterior, tenemos un recuerdo
sonoro del Santuario de la Virgen de la Fuen-
santa. Un altavoz de tres generaciones atrás
difunde por la vega inmediata, acaso hasta
Santo Ángel, las notas del himno a la Virgen
de la Fuensanta, con su voz ronca y aguda
de altavoz tipo alarma de segunda guerra
mundial, un tronco de cono invertido y trunco,
dentro de una caja de paredes oblongas que
enmarcan lo antedicho. Y suenan los versos,
con la música de Jerónimo Oliver. De ellos nos
acordamos del último dístico, terminado en un
agudo formidable:
Eres Fuensanta el consuelo
de este murciano jardín.
Oración que sube al cielo
pasa por tu Camarín.
También compuso el himno a Murcia, igual-
mente conocido por aquellas generaciones;
aunque éste sospecho que tuvo más fortuna:
Murcia, la patria bella,
de la Huerta sultana;
novia, rica y lozana
siempre llena de azahar.
Y allí está, en el Jardín de Floridablanca,
acompañado de José Selgas, de quien ya ha-
blamos al tratar del interior de la Catedral. Don
Pedro Jara Carrillo.
Pedro Jara Carrillo,
en Floridablanca
ENCLAVES LITERARIOS DE MURCIA
Por Santiago Delgado
Fotografía: Ana Bernal.
MI VIEJO DIARIO
En esta mañana primaveral de marzo,
rebuscando en mi memoria
entre papeles viejos,
medio roto, sucio, ajado,
he encontrado aquel Diario que escribía
cuando llegó hasta mí, la primavera,
cuando descubrí la juventud arrolladora,
la que detrás de un huracán de fuego.
aparece una vez solo en la vida,
Aunque ésta como aquella viene
delirante de oro y azucenas,
con sueños, con sol, con azul cielo,
no es la misma que leo en mi Diario,
es distinta, es otra primavera
la de estos jóvenes de hoy,
con otros cantos y otras melodías.
Dice mi Diario que el olor
de azahares, de cirios y alhelíes
brotaba en esa Murcia nazarena,
que el amor asomaba casi siempre
por callejas y luego en Trapería,
con disimulo, simplemente paseaba,
que la noche ocultaba algunos besos
inocentes que se daban a escondidas,
que la música de entonces
era el aire de la huerta,
llamando al cristal de los balcones.
Mi Diario ha reverdecido aquellos años,
como el olmo de Machado en primavera.
Y aunque de él quede en blanco alguna hoja
voy a dejarlo como está, sin terminar,
pues con recuerdos llenaré
las que le quedan.
Francisco. M. Merino
Miembro de la Asociación de Poetas y
Escritores del Real Casino de Murcia.
El Rincón
del Poeta