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ultura
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O
niria nos remite a un mundo de sueños, de fantasía, pero
para el pintor Álvaro Peña es mucho más. “Tiene que ver
con el aura que desprende el ser humano. Llevo unos
años trabajando la figura humana y en esta ocasión he tratado de
plasmar lo que cada uno irradia hacia el exterior, con mucho color
y viveza”, explica. El resultado se pudo contemplar en la exposición
‘Oniria’ que realizó en marzo en el Real Casino de Murcia. “Todos
trasmitimos algo cuando estamos en contacto con otras personas.
La deformación que voy haciendo de la figura humana tiene una
belleza que busco que haga sentir bien al que la contempla”.
De carácter metódico, organizado y trabajador, Peña se aleja de
ese perfil bohemio y caótico que persigue a algunos artistas. Para
él, el trabajo es la base de todo, la única forma de dar con la forma
y el fondo adecuado en sus obras. “Sigo buscando nuevas formas
de expresar el ser humano, que es lo que me interesa en este mo-
mento”. Un trazo fuerte, enérgico, acompañado de un uso vibrante
del color dotan a sus obras de una gran fuerza expresiva. “Empecé
con esta explosión de color hace un par de años. Anteriormente
trabajaba con tonos mucho más sobrios”, explica. “Esta colección
que llevo haciendo desde hace cinco años viene del expresionismo
austriaco, en el que se deforma la figura humana y se rompe con
los cánones tradicionales de belleza, pero de ahí he ido transfor-
mando mi trabajo en algo mucho más fuerte. A veces la figura se
ve claramente y otras veces hay que buscarla”.
Los cuadros plasman sueños, no pesadillas, como señala el co-
misario de la muestra, Miguel Olmos, que ha visto una enorme
evolución en la pintura de Peña en los últimos cinco años. “El ar-
tista tiene claro lo que quiere y tiene tal creatividad, que consigue
transmitir lo que tiene en mente”, señala. “Álvaro es un apasionado
de la mujer. Eso se plasma en su trabajo, en el que engrandece la
belleza de la naturaleza propia femenina. Su sensibilidad es muy
fuerte y a la misma vez tiene una inquietud tremenda por descubrir
nuevas vías de expresión”. Olmos señala que la trayectoria de Peña
empezó muy pronto y en sus comienzos poseía un estilo similar al
de grandes maestros murcianos como Ramón Gaya o Pedro Ser-
na. Ahora cualquier parecido es pura coincidencia. Ha trascendido.
“No tiene nada que ver. Su evolución es enorme. Su trabajo es
magnífico por su seguridad y ese afán de trabajo y descubrimiento.
Esta es una exposición única. Para mí ha sido un placer ver su
evolución”.
La pieza principal de la muestra, que reunió 20 lienzos acríli-
cos, consistió en un mural de 4 metros de largo por 1,30 de ancho
en el que el pintor plasma su idea de los siete pecados capitales.
Además, como novedad en esta muestra incorpora formatos irre-
gulares en los lienzos. “Me da más pie a expresar lo que quiero en
cada obra”. En ellas se puede ver una clara influencia de Schiele y
Klimt, pero con un lenguaje completamente personal muy del siglo
XXI. “Además eran del 1900, una época en plena crisis y en esos
momentos tan duros y fuertes rompieron con lo establecido, y creo
que estamos en un momento similar”, añade Peña. Para el comisa-
rio, sus cuadros arrastran al espectador hacia su interior, algo que
pocos pueden conseguir. “Si os fijáis en sus cuadros, Álvaro deja
espacio para nosotros, para que entremos en ellos, nos movamos
por ahí y entremos en contacto con la figura. No deja de pensar en
todo para que la obra sea plena”.
Los sueños de
Álvaro Peña
La pieza principal de la muestra es un mural
de 4 metros x 1,30 de ancho en el que el pintor
plasma su idea de los siete pecados capitales
Textos y Fotos: Concha Alcántara.
Exposición
EL PINTOR MURCIANO PRESENTÓ SU NUEVA OBRA
ARTÍSTICA EN “ONIRIA”