Página 39 - RCMAGAZINE12

Versión de HTML Básico

39
H
e aquí una de las grandes pelí-
culas españolas de los últimos
años. Un día perfecto (2015)
viene a sumarse a la lista de obras
maestras de Fernando León de Aranoa,
uno de los cineastas que mejor maneja
el cine social en nuestro país.
En el que
es su primer largometraje en inglés
y su primero proyectado en el Festi-
val de Cannes, el director y guionista
madrileño nos traslada a uno de los
mayores conflictos europeos de los
últimos 20 años
: la guerra de los Bal-
canes. Tan comprometido como de cos-
tumbre, León de Aranoa intenta arrojar
luz a este drama desde el punto de vista
de un grupo de cooperantes humanita-
rios. Más que de la guerra -de la que
habla sin el estruendo de las bombas
y sin rastro de violencia explícita- el di-
rector de Princesas (2005) se centra en
lo que viene después. Un día perfecto
ayuda a concienciarnos de que el
alto al fuego no supone la llegada de
la tranquilidad, sino el inicio de algo
que puede ser incluso peor que la
guerra en sí: el largo camino que hay
hacia la normalidad. Si es que alcan-
zar esto es posible
.
León de Aranoa le da todo el peso
a este trabajo ambientado en 1995 en
los Balcanes -pero rodado en su mayor
parte en las montañas de Granada- a
un grupo de cooperantes humanitarios,
esos héroes anónimos que permane-
cen en la contienda y de la que pocas
veces se habla. Ellos son Mambrú (Be-
nicio del Toro), el jefe del equipo, B (Tim
Robbins) y una mujer novata en fase
de aprendizaje (Mélanie Thierry), entre
otros.
A lo largo de todo el día en el
que transcurre la acción, todos ellos
intentarán conseguir una cuerda con
la que sacar el cadáver de un pozo
que está envenenando el agua ne-
cesaria para abastecer a un pueblo
próximo a una zona de conflicto, una ta-
rea nada fácil en la que tendrán que en-
frentarse a todo tipo de autoridades y or-
ganismos. Basada en la novela Dejarse
llover de Paula Farías, León de Aranoa
opta en su sexto largometraje por una
pirueta aparentemente suicida: introdu-
cir altas dosis de comedia en medio del
drama más extremo, demostrando que
el humor puede ser perfectamente com-
plementario con la tragedia.
En efecto:
el humor -el de sonrisa y el de car-
cajada- campa a sus anchas en una
película compleja, llena de matices,
que nunca pierde ni un ápice de su
capacidad de denuncia
.
La mayor parte de este humor viene
de parte de los cooperantes humanita-
rios, que lo usan como válvula de es-
cape a lo que tienen que enfrentarse
diariamente y cuya única culpable es la
sinrazón humana. Lo curioso es cómo,
al tiempo que sueltas una carcajada,
Aranoa te remueve las tripas por las in-
gentes cantidades de injusticia e impo-
tencia que se desprenden de la trama.
¿Cómo es posible que nadie haga
algo para frenar la guerra?;¿Dónde
están los altos organismos interna-
cionales cuándo se les necesita?
¿Por qué las leyes, en ocasiones,
son tan injustas?
Todo esto está de-
nunciado de la forma más sutil posible.
La película se remata con el que sin
duda es el epílogo del año:
unos mi-
nutos arrolladores, de fuerza torren-
cial, que consiguen arañar el alma y
convertirse, por méritos propios, en
lo mejor que el director ha rodado
jamás.
Aranoa fabrica, en definitiva, una
película irreprochable desde el punto
de vista social pero intachable tam-
bién en el apartado técnico
, con unos
escenarios milimétricamente estudia-
dos, una fotografía notable y un reparto
estelar donde todos dan lo mejor de sí
mismos. De título irónico y 8 millones
de euros de presupuesto, lo único que
se le puede reprochar a esta cinta de
autor sujeta a los cánones europeos es
el mal uso que hace el director con la
música, colocando canciones de rock
en momentos donde no terminan de
encajar.
Un detalle menor, no obstan-
te, de esta radiografía de la barbarie,
de este grito desesperado, de esta
llamada a la acción que es Un día
perfecto.
ADICTOS AL CELULOIDE
Por Pablo Sánchez
Crítico de cine.
www.serueda.wordpress.com
Anacleto, Agente Secreto,
el traslado a
la gran pantalla del personaje creado por
Vázquez en 1964 es un auténtico torrente
de creatividad, imaginación y carcajadas.
Honesta hasta el tuétano, estamos ante
un espectáculo idóneo para disfrutar en
familia protagonizado por unos inconmen-
surables Imanol Arias y Quim Gutiérrez.
Everest,
fallida película que recrea una de
las peores tragedias del alpinismo, cuando
ocho personas murieron en el intento de
coronar el Everest en 1996. Podría haber
sido la película definitiva sobre alpinismo,
pero desaprovecha su potente material y a
sus potentes actores. Una película plana,
vacía y, lo que es peor, aburrida.
(FERNANDO LEÓN DE ARANOA, 2015)
“Un día perfecto”
Críticas express