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O
pinión
LECTURA EN CASA
L
eer no es sólo decodificar y/o ponerle voz a unas letras sino
descubrir
el mensaje, comprender, interpretar, contrastar,
criticar su contenido, incorporarlo al conocimiento y utilizarlo
para participar en la sociedad. En otras palabras: con la lectura se
pueden formar personas capaces de pensar. Tal independencia,
a lo largo de la historia, no ha interesado a los poderes constitui-
dos, pues quien tiene la información tiene el poder y quien tiene
el poder procura que los demás carezcan de la formación que les
permita pensar por sí mismos.
Leer implica realizar una transferencia entre el texto y el lector,
la cual es diferente para cada persona. El mismo texto puede ser
interpretado de distinta forma en función de las características del
lector, de sus conocimientos, de su cultura, de su trayectoria vital,
de su interés, de su situación personal, etc. De ahí la importancia
de un guía.
El dominio de la lectura no es una destreza fácil para los alum-
nos y a ello se aplican padres y profesores, porque saben que leer
sirve “Para ser inteligente, para creerse inteligente, para sentirse
inteligente (…) para jugar con fuego y no salir quemado…” (Bér-
tolo).
La lectura consigue el desarrollo del lenguaje y del pensamien-
to, ampliar la memoria, fomentar la imaginación y la creatividad,
impulsar las emociones, desplegar la afectividad, crear una con-
ciencia moral, restablecer el equilibrio, incitar la escritura y motivar
el aprendizaje. Todo lo cual conduce al éxito escolar, personal y
social, porque las palabras son capaces de guiar las almas (Só-
crates).
En las democracias existe una censura invisible, pues el “poder”
sabe que los hombres y mujeres llegan a su hogar cansados de
todas las tareas que desarrollan y las que aún quedan por hacer
en casa. Abatidos por el estrés buscan el sillón más cómodo y dis-
traerse con lo que salga por la pantalla y que evite la posibilidad
de pensar.
Mediante la irreflexión y el adoctrinamiento se forman asesinos y
ciudadanos sin escrúpulos y sin sentimientos de culpa o capacidad
de reacción. Como dice Camus “si no se cree en nada, si nada
tiene sentido y si no podemos afirmar ningún valor, todo es posible
y nada tiene importancia. Sin pros ni contras, el asesino no tiene
culpa ni razón (…) maldad y virtud son azar o capricho”.
“El que lee no está haciendo algo,
se está haciendo alguien
” di-
cen en el IES “Juan Sebastián Elcano”, porque la lectura constante
y profunda aumenta y afianza la personalidad.
Nos salvará la inteligencia o las nuevas generaciones serán re-
ducidas a “herramientas” que ejecutan programas establecidos en
los que sólo hay que poner un dedo sobre las imágenes de una
pantalla. Y así,
el esfuerzo de pensar quedará para una reduci-
da élite
. ¿Quieren eso para sus hijos?
La cultura puede jugar el gran papel de ascenso social. Padres
con bajo nivel económico pero preocupados por la formación lo-
gran que sus hijos consigan un nivel social superior al suyo. Miche-
lle, esposa del presidente Obama lo ratifica en una entrevista: “soy
descendiente de esclavos y estoy aquí por lo que he estudiado”.
La actuación de los padres es fundamental para motivar la lectu-
ra. Por medio de narraciones se van abordando valores humanos
tales como la paciencia, la intimidad, la generosidad, el perdón, la
curiosidad, el interés, el agradecimiento, la esperanza, la colabora-
ción, el esfuerzo, la constancia, etc. que van a ser muy útiles para
guiar a los niños en su construcción personal.
El niño siente una curiosidad innata y un deseo enorme de
aprender. Pero ambas fuerzas se pueden aniquilar en casa o cana-
lizarlas e impulsarlas mediante la conversación y la lectura.
No parece conveniente obligar a la lectura, sino hacer descubrir
el placer que se puede
encontrar en ella, pues
“las lecciones que se ha-
cen entrar por fuerza en
el alma no tienen en ella
ninguna fijeza” (Platón).
Quienes hayan llega-
do hasta aquí se estarán
planteando qué pueden
hacer los padres y que
les gustaría conocer es-
trategias, experiencias,
orientaciones sobre li-
bros adecuados para
cada edad y para cada
problemática, etc. pero
esto podrá ser en otro
artículo.
Juan Pérez Cobacho
EDUCACIÓN y FUTURO
Ilustración: Rubén Espín