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EL TROTAMUNDOS DEL CASINO
Por Eliseo Gómez Bleda
cer y hay que comerlos recién ornea-
dos. Por cierto, no son nada baratos y
no me parecieron nada del otro mundo,
pero en fin, había que probarlos.
La calle más importante, que atra-
viesa toda la ciudad, es la rue Sainte
Catherine, la calle peatonal más lar-
ga de Europa con 1,2 kilómetros. En
ella podemos encontrar infinidad de
tiendas, desemboca en la plaza de la
Victoria, donde está la Puerta de Aqui-
tania, donde tenemos el café Auguste
y enfrente el restaurante Le Plana, dos
buenos sitios para comer.
El lugar más emblemático de Bur-
deos es la plaza de la Bolsa y su fuente
de las Tres Gracias. Os recomiendo que
la visitéis de noche, con cámara de fo-
tos, y os situéis frente a ella, cerca del
río, donde están los famosos espejos
del agua: precioso.
La Ópera Nacional de Burdeos es un
grandioso edificio, merece la pena visi-
tarlo y mejor asistir a algún concierto.
Frente a él está el Grand Hotel de Bor-
deaux, el mejor de Burdeos, para dar-
nos un capricho. Otro más económico
es el Novotel Centre.
La gastronomía de la zona es toda a
base de foie-gras, trufas, pato y, por su-
puesto, un buen vino.
La primavera y el otoño son los mejo-
res momentos para visitarla. Podemos
ir en coche, haciendo noche en San Se-
bastián, o más cómodamente en avión
desde Madrid.
No podemos dejar de visitar sus al-
rededores, en primer lugar la bahía de
Arcachon, que tiene una extensión de
1500 hectáreas y es una especie de
mar interior alimentado por el océano
y por numerosos ríos y arroyos que
desembocan en él. Son mundialmente
famosas las ostras que cultivan en la
bahía el pueblo de Arcachon, también
muy conocido por su balneario, donde
en el siglo XIX acudía la realeza de
toda Europa.
Cerca de la bahía os aconsejo que
visitéis un fenómeno natural que me
sorprendió mucho, la Duna de Pilat,
una enorme formación de arena, la
más grande del continente europeo,
que mide 2,7 kilómetros de larga y 500
metros de ancha. Con una altura de 130
metros podemos subir hasta la cima y
ver desde lo alto por un lado el océano
y por otro el inmenso bosque de Las
Landas. Esta duna es uno de los luga-
res más visitados de Francia.
Por último os recomiendo que no
dejéis de ir al cercano pueblo de Saint
Emilion, llamado también la “joya de
piedra”, un precioso pueblo medieval
rodeado de viñedos y de chateaux. Pa-
sear por sus bellísimas calles llenas de
bodegas es una vivencia inolvidable.
Cerca de aquí está una de las regio-
nes con los pueblos más bonitos de
Francia, el Perigord, que ya os comen-
taré en otra ocasión.
Acabo de realizar este viaje y vengo
encantado. Seguro que os gustará
mucho a vosotros también.
Duna de Pilat y los bosques de las Landas. Mercadillo de Saint Michel.
Torre del campanario de San Miguel.