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C
ultura
Pride
(Matthew Warchus, 2014) es una
película PERFECTA. En mayúsculas. De esas
en las que
se me hace imposible señalar
el más mínimo defecto. Todo en ella me
parece redondo. Genial. Único. Irrepetible
.
Estamos, sin ninguna duda, ante la mejor
película británica de los últimos años.
Aunque
podríamos quitar la nacionalidad y hacer
la frase aún más contundente: una de las
producciones más redondas, radiantes y
brillantemente manufacturadas de lo que
llevamos de siglo
.
Basada en hechos reales, Pride se am-
bienta en el Londres de 1984, año en el que
el Sindicato Nacional de Mineros convocó
una huelga por las férreas medidas que Mar-
garet Thatcher emprendió contra el colectivo,
como el cierre de 20 minas de carbón y el
plan de cerrar otras 70. Un grupo de gays
y lesbianas no tarda en solidarizarse con
los mineros, colectivo poco receptivo a que
un grupo de personas con las que creen no
tener nada en común acudan a su ayuda.
¿Por qué recomiendo Pride?
Básicamente
porque es todo un manifiesto a la inte-
gración, a la tolerancia, a la conciliación
y al respeto; un artefacto inabarcable
en su incontinencia de frases redondas,
canciones emblemáticas y valores uni-
versales
, como el amor, la amistad o la bús-
queda de la identidad personal. La película
toma como excusa unos hechos de hace
tres décadas para recordarnos que no hay
imposibles cuando se mantiene la moral en
alto y se adopta la tenacidad por bandera.
Nos recuerda, asimismo, la necesidad de
dar voz a las minorías, y lo vil que ha sido y
sigue siendo la sociedad por menospreciar
al que es diferente.
El hecho de transmitir
todas estas moralejas de forma tan nítida,
y nada pedante, hace que la película se
meta al público en el bolsillo ipso facto.
Auténtica inyección de buena energía, Pri-
de acumula varios momentos imborrables,
como la escena del baile o el discurso en el
bar gay. Brilla un reparto coral lleno de encan-
to, en el que cuesta dilucidar quiénes son los
protagonistas y quiénes los secundarios.
Y es
que todos los personajes, encarnados por
actores que engrandecen unos roles ya
de por sí brillantemente escritos y entra-
ñables, cumplen una función determinada
en la película
. Además de su gran acierto
de casting, otras de sus grandes bazas es lo
bien que sabe controlar el tono en todo mo-
mento; desde su vibrante comienzo -sus 20
minutos iniciales son un prodigio en cuanto a
presentación de personajes- hasta su último
fotograma, la película engancha se mire por
donde se mire. Gracias a un montaje musical
y su ritmo pegadizo, sus dos horas parecen
quedar reducidas a la mitad. Warchus, ade-
más, se mantiene impermeable a los clichés
y a la vulgaridad en la que fácilmente podría
haber concurrido una película de estas ca-
racterísticas y combate estos males a golpe
de ingenio, talento y luminosidad. De hecho,
puede que sea éste último el calificativo que
mejor defina a la película: Pride es una obra
luminosa.
De optimismo contagioso, la in-
teligencia de su guión permite que salga-
mos del cine con una sonrisa dibujada en
el rostro y las ganas de vivir multiplicadas
a la máxima potencia
.
Narrada con infinita sensibilidad y sutile-
za,
se nota que quien dirige este artefacto
aconsejable para estudiosos de aconteci-
mientos históricos y, en general, a cual-
quier apasionado de las historias huma-
nas, es alguien con mucho gusto y las
ideas claras
. Aunque exista quien la pueda
tachar de panfletaria, las intenciones de esta
nominada al Globo de Oro a Mejor Comedia
o Musical van mucho más allá: dar a cono-
cer al público unos hechos poco difundidos
cuyos coletazos llegan hasta nuestros días.
Pride reivindica a las personas por encima
de todo, así como la necesidad de ayudar-
se mutuamente cuando las circunstancias lo
requieren.
ADICTOS AL CELULOIDE
Por Pablo Sánchez
Crítico de cine. www.serueda.wordpress.com
WHIPLASH
Uno de los gran-
des títulos de cine
i n d e p e n d i e n t e
USA de los últi-
mos años y una
de las grandes
sorpresas de los
últimos
Oscar,
donde se hizo con
3 estatuillas, incluida la de mejor actor de
reparto para el gran J. K. Simmons, aquí en
la piel de un profesor tirano que traspasa
todos los límites en los métodos de ense-
ñanza. Una obra para pensar. Y sufrir.
50 SOMBRAS DE
GREY
Tras sacudir las li-
brerías de medio
mundo con más
de 31 millones de
ejemplares vendi-
dos, llega la adap-
tación cinematográ-
fica del fenómeno
literario de E. L. James. Una película que
consigue lo que a todas luces parecía im-
posible: ser peor que la infumable novela
en la que se basa.
LOREAK
Una de las pelícu-
las españolas más
redondas del 2014,
Loreak supone la
confirmación
del
inmenso talento de
una pareja de direc-
tores. Loreak es una
historia fascinante
que sigue crecien-
do tras su visionado, especialmente por su
habilidad de hablar de sentimientos –frustra-
dos, ocultos, reprimidos-.
Pride