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E
ntrevista
“Estoy en deuda con Murcia”
EL TORERO, IMAGEN DE LA ÚLTIMA CAMPAÑA DEL BANCO DE ALIMENTOS QUE SE PRESENTÓ EN EL REAL
CASINO DE MURCIA, HACE REPASO A SU CARRERA Y A SU LABOR SOLIDARIA
L
a primera vez que Pepín Liria dijo
en su casa que quería ser torero,
no era más que un niño. Y se lo to-
maron a broma. Cosas de chiquillo,
pensaron. Pero el tiempo pasó y él seguía en
sus trece. “Cuando crecí, les hizo menos gra-
cia”, confiesa. En un entorno sin vinculación al
mundo taurino, costó asumirlo. Sin embargo,
con tesón y mucha cabezonería, principios
que le han caracterizado, consiguió superar
las reticencias iniciales. En 1988 se vistió
de luces por primera vez. Después de vein-
ticinco años y con 700 festejos en su haber,
confiesa sentirse un hombre afortunado. “Ni
en mis mejores sueños pensé que iba a con-
seguir tanto como torero”, admite. Ese es el
motivo por el que ahora se vuelca en tantas
causas benéficas. La última, su participación
en la campaña del Banco de Alimentos, de
la que fue sede el Real Casino de Murcia, y
que ha conseguido recaudar 200 toneladas
de alimentos en la Región, el doble de que
esperaban.
¿Qué le ha llevado a colaborar con el
Banco de Alimentos?
Lo primero que tengo que agradecer es
que se hayan acordado de mí para esta
campaña, que dado el momento que esta-
mos viviendo está justificada y es más que
necesaria. Lo único que pretendo es poner
mi granito de arena para llegar a todas las
personas. El principal objetivo es que con la
imagen de uno pueda ser la campaña más
exitosa y se recojan más alimentos.
Es un momento complicado para mucha
gente. ¿Cómo lo valora?
Lo valoro con el agradecimiento a la vida
de haber tenido las oportunidades que he
tenido y de que las cosas hayan salido
bien. Uno no es ajeno al sufrimiento. Son
muchas las personas que a lo largo de los
últimos años han llamado pidiendo ayuda
para ellos o para sus hijos. Es una realidad
que nos toca muy directamente porque si
no es a un familiar es a un amigo.
¿Le afecta?
Nos ha tocado a todos. Yo esto no lo ha-
bía vivido nunca. Hablan de una crisis que
fue la del 92 pero yo no lo percibí como lo
percibo ahora. Yo voy capeando. Me retiré
en el momento justo, cuando esto estaba
empezando y he sido muy ordenado con mi
vida y mis inversiones. Pero indirectamente
sí me toca.
¿La solidaridad es lo que está haciendo
que la mucha gente sobreviva?
Eso es muy bueno. Creo que el murciano
tiene un carácter solidario de por sí.Yo lo he
hecho durante mucho tiempo y con diver-
sas causas, con festivales para ayudar a la
lucha contra el cáncer. Todas las cosas en
las que he participado he visto una actitud
generosa y desprendida. La solidaridad es
un valor que hay que fomentar.
Pero a veces se critica que pueden ser
parches…
Nunca estamos conformes con nada. Todo
lo que sea hacer
algo por los demás,
ayudar a alguien a
superar esos mo-
mentos difíciles, hay
que hacerlo.
En 2008 se retiró de
los ruedos. ¿Cómo
es su vida desde
entonces?
Al principio, total-
mente apartado del
toreo, lo echaba mu-
cho de menos, pero
fue una decisión muy
meditada con toda mi familia y mi entorno.
Me fui en el mejor momento de carrera,
cuando mejor estaba y más disfrutaba, y
los éxitos llegaban con más facilidad.
¿Le costó mucho tomar esa decisión?
Pues eché en una balanza el sufrimiento
personal. El 2007 fue el año de esa cogida
tremenda en Murcia y ya empezaba a tomar
conciencia. Por mi familia y sobre todo por
mis hijas, que no querían ir a verme a un
hospital. He estado 15 años consecutivos
en todas las ferias, la vida me ha sonreído,
y me siento triunfador porque creo que he
conseguido todo lo que quería. Pero estu-
ve mucho tiempo apartado de los toros. No
quería ir a la plaza ni acercarme a nada…
Como el que se quita de una adicción…
Sí, totalmente. Soy muy extremista y lo lle-
vé al extremo. Después volví a torear en el
campo y cuando aconteció el terremoto de
Lorca, impulsé con Manzanares un festival
que fue un éxito. Y el año pasado se cum-
plía el 125 aniversario de la Plaza de Toros
de Murcia y era casi una obligación volver.
Fue reaparición y retirada de nuevo el
mismo día.
Fue una experiencia… Me preparé igual
que cuando hacía mis temporadas: diez
meses de trabajo. Fue tremendamente duro
porque era una responsabilidad: volver a
Murcia, volver a mi tierra, competir con los
mejores… Fue un día de muchas emocio-
nes, muy bonito. Recordé todas esas sen-
saciones que el público me daba.
¿Le tienta repetir?
No, no. Dije que dejaba de torear e inten-
to ser coherente. A menos que sean cosas
muy puntuales y especiales.
¿Cuesta mucho ponerse delante de un
toro?
Hablan de un toque de locura… pero siem-
pre con la cordura suficiente para controlar
los miedos. Hay dos miedos muy claros: el
físico, que se domina con más facilidad, y el
miedo al fracaso, a la responsabilidad.
¿Pesa más el miedo al fracaso que al do-
lor físico?
Sí. El otro día nos preguntaba Rafa Nadal
a Manzanares y a mí qué era para noso-
tros el fracaso. Y yo inmediatamente pensé
“fallarle a alguien”. Eso para mí es fracasar.
Por Concha Alcántara. Fotos: Ana Bernal
Pepín Liria
“Ni en el mejor de mis sueños
pensé que conseguiría tanto
como torero”