Página 36 - RCMAGAZINE12

Versión de HTML Básico

36
G
ALERÍA
DEL
S
OCIO
MIGUEL NAVARRO NAVARRO (1929) NACE EN CEUTÍ. ES SOCIO Y SENADOR DEL REAL CASINO DE MURCIA DESDE
1958. FUE APODERADO Y JEFE DE ADMINISTRACIÓN CON JOSÉ GARCÍA MARTÍNEZ, CON HIERROS DE MURCIA
Y PROBELTE
“Para mí, la vida es hacer el bien”
MIGUEL NAVARRONAVARRO
M
iguel Navarro es una de esas personas con reco-
rrido, visión de futuro y mucha personalidad. “Lo de
senador no tiene mayor importancia. Lo soy por es-
tar entre los 30 socios más antiguos”, comenta. Tiene la ca-
beza bien amueblada y las ideas claras. “Mi padre era sastre
en Ceutí. Íbamos muy cortos y pese a las dificultades me
dio la oportunidad de hacer una carrera”. Miguel destaca por
su trato agradable y es un torrente hablando. No es necesa-
rio preguntar mucho, él va por delante y cuenta numerosas
anécdotas de su dilatada vida.
A Miguel le viene al pelo el dicho de si quieres un hijo
listo mételo a monaguillo. “Lo fui con el cura José Antonio
Hernández y recuerdo con mucha tristeza aquellos años
de la guerra cuando estrellaron a los Patronos de Ceutí,
San Roque y Santa María de la Magdalena contra el suelo.
Se hicieron miles de trozos que se me quedaron grabados
para toda mi vida”, recuerda. En cuanto a su niñez explica
que fue muy “apretada”. “Criaba conejos. Segaba la alfalfa
para ellos de maravilla. También cerdos. Sacaba la leche
de una cabra para almorzar. Éramos muy pobreticos”. ¿Y
ahora? “Soy muy feliz. Cuando recuerdo aquellos tiempos y
como vivo ahora me cuesta creérmelo. Me hice de la nada”.
¿Y la escuela? “Fui al colegio y después hice profesorado
mercantil y a principios de los cincuenta las Milicias Uni-
versitarias, donde lo pasé de maravillas. Salí de Alférez de
complemento destinado en Huelva donde conocí a Mabel,
la que luego sería mi esposa. Nos hicimos novios y durante
los siete años que duró el noviazgo mantuvimos la llama
del amor con 3500 cartas. Me casé en el 52 y he tenido
cinco hijos, pero de categoría: Gertrudis, profesora, María
Isabel, en el INEM, Antonio, delineante, Miguel, profesor de
la Universidad y Rafael, abogado. Todos por oposición. No
a dedo”, subraya.
Su tono siempre es desenfadado. Te mira a los ojos con
profundidad y conquista con su amabilidad. “Ahora me lleva
de cabeza la artrosis; también he pasado por una angina
de pecho y un infarto, teniendo que pasar por quirófano.” A
pesar de todo no quiere perder la amistad de sus amigos
de siempre. “Pido un taxi y marcho al Casino para jugar al
dominó con el doctor Cartagena, Alfonso Valero. Gregorio
Arnaiz, el popular Andrés, y algunos otros”.
Miguel es un buen creyente. “He leído tres veces la vida
de Jesucristo. No puedo ser más religioso. Miro todos los
días al crucifijo y le digo ¡a sus órdenes!”
Este senador del Real Casino presume de disfrutar de un
matrimonio muy feliz, a pesar de los años. “Hemos celebra-
do las Bodas de Oro, cincuenta años y las de Esmeralda,
cincuenta y cinco, y nos denominaron la pareja de moda”.
Recibió del Vaticano el título de Bodas de Oro por petición
del cura José Manzano. Pero no es la única distinción a la
que le tiene aprecio, también es Caballero de la Fuensanta
y Socio del Hogar del Infante y, por supuesto, senador de
esta institución.
Me despido del bueno de Miguel pero me detiene porque
se le ha olvidado contarme algo importante. “Conocía a Diego
Tortosa al coincidir en diferentes lugares con él, pero cuando
me hice socio de Amigos de los Castillos entablé una gran
amistad; desde entonces para mí el Real Casino era Diego”.
PERFIL DEL SOCIO
Por Pedro A. Campoy
“He leído tres veces la vida de Jesucristo.
No puedo ser más religioso. Miro todos los
días al crucifijo y le digo ¡a sus órdenes!”