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césped, y recordemos la cantidad de per-
sonas que se dejaron la vida allí. Os reco-
miendo que vayáis al cementerio america-
no de
Saint Laurent sur Mer
. Toda esta
zona tiene gran cantidad de museos sobre
la batalla de Normandía y el desembarco.
Por fin llegamos a la gran joya de nuestra
ruta: el
Mont Saint Michel
, “la Maravilla de
Occidente”. Solamente esta visita justificaría
nuestro viaje. Es patrimonio mundial de la
Unesco y lugar de peregrinación desde la
Edad Media. En un islote rocoso enclavado
en una inmensa bahía, encontramos una
preciosa ciudad medieval rodeada de mu-
rallas y en la cima una enigmática
y grandiosa abadía. Es de esos
lugares que se tienen que visitar
al menos una vez en la vida, real-
mente fascinante.
Cuando atravesamos su puente
levadizo y entramos en la Grand
Rue, llena de tiendecitas y restau-
rantes, nos espera un largo ascen-
so hasta llegar a la abadía. Visita
obligada su claustro, la sala de los
Caballeros y su bodega. Cuando bajemos
podemos hacer un descanso y entrar al
restaurante de la Mére Poulard, famoso por
sus tortillas (aunque a mí no me gustaron).
Quizá lo más espectacular del viaje es
contemplar la subida de la marea desde
las murallas de la fortaleza. Al parecer es
la mayor de Europa. Algunos días cerca-
nos a la luna llena, llega a los 15 metros de
oscilación. La roca está rodeada de kilóme-
tros de arena y en poco más de una hora
todo está rodeado de agua. Se puede ver
a lo lejos como se va acercando el agua,
incluso con olas y bastante rápido. Hay ex-
cursiones por la arena, pero es peligroso
porque algunas son movedizas. La visión
por la noche con la abadía iluminada es
fantasmagórica.
Algunos consejos: visitar el Mont Saint
Michel, al anochecer y por la mañana tem-
prano, no en verano, por las grandes ma-
sas de gente. Yo fui en Octubre y me fue
bien. Se puede llegar en avión desde Ali-
cante a Paris (Beauvais) y alquilar coche.
El hotel del Mont Saint Michel, que está en
La Caserne, se encuentra muy cerca. Tie-
nen parking gratis en los hoteles y autobús
cada 5 minutos a la abadía. Yo estuve en
Mont Saint Michel y en Rouen en los hote-
les Mercure y ambos están muy bien.
Muy interesante la gastronomía. Gran
culto a la manzana, la buena sidra, los
calvados (aguardiente de manzana), el
camembert, los mejillones, las ostras y las
galettes (crepes de trigo sarraceno rellenos
de fiambres).
Es un viaje muy interesante
y estoy seguro que os gustará.
EL TROTAMUNDOS DEL CASINO
Por Eliseo Gómez Bleda
Catedral Rouen
Cementerio de Omaha Beach